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sábado, 7 de diciembre de 2013

Resistir es vencer

Durante mas de cuarenta años he soñado con ser armador de un velero que pudiera ser el vehículo de mis sueños: viajar, navegar, vivir de otra manera, mas cerca de la naturaleza, valorando esas pequeñas cosas coas que en tierra nos pasan desapercibidas. 
A lo largo de esos años, lo he ido posponiendo por una u otra razón; tener hijos, comprar una casa, trabajar. Tan profundamente hundido estaba que, incluso los que me quieren y conocen, llegaron a pensar que se me había olvidado, pese a que con alguna periodicidad emergía para tomar algo de aire.

Pero resistir es vencer y yo he resistido lo indecible. Lo intenté con un barco de madera de nombre aurora que me regalaron. Estaba en un estado lamentable y me puse a repararlo. La presión ambiental hizo muy difícil alcanzar el objetivo y terminé dándolo a mi vez a un carpintero amante de la pesca. Fue lo mas cerca que estuve de convertirme en armador. Y resistí. Mucho más tarde comencé a hacer cursos de vela ligera para introducir a mi mujer en la vela. Fue un paso muy importante. Poco a poco ella comenzó a ver el mar con otros ojos. Así que seguí resistiendo. Luego vinieron cruceros a vela  por Ibiza o Menorca. Carlos y Bego, los capitanes del Siroco10 hicieron el milagro de que entendiese que un barco está hecho para flotar y es tanto un transporte como una residencia muy segura y hasta confortable. Resistencia férrea. 

Navegar con el Rewind de Pepón fue otro gran avance. La calidad humana del patrón de este Malbec 29 y de la tripulación que le acompaña además de su gran conocimiento del mar le permitió gobernar y formar parte de un equipo que participaba en regatas sin dejar de divertirse. Los últimos mese compartimos el Eiren y en el nos soltamos. Salimos a navegar solos, con amigos, y otra vez solos. Aprendimos a atracar sin hacer grandes barrabasadas. Descubrimos que ocho metros pueden dar mucho de si. Y disfrutamos de preciosas mañanas de sol y sal. 

Solo quedaba un paso por dar. Y en diciembre, este diciembre en el que estamos, lo hemos dado. 

HEMOS ACORDADO LA COMPRA DEL QUE VA A SER NUESTRO BARCO. 



La compra no va a ser efectiva hasta el mes de febrero. La economía manda. Pero ya hemos dado una señal y firmado el documento pertinente fijando los plazos y condiciones. 

El barco es un Fellowship 27 del año 1978, ocho metros y veinte centímetros de fibra de vidrio robusto como el solo. Construcción holandesa de las de antes. Gebr. de Kloet ha sido su diseñador y astillero. Estas son sus características.




Pero está bastante reformado: luce un hermoso bauprés con doble estay. la timoneria se ha reforzado de forma contundente, tiene un antirociones fijo, un cofre añadido en la  cubierta de proa y se ha prolongado aún mas la quilla corrida. Y es que el Viejo, su nombre actual, ya sabe lo que es cruzar el charco hasta las cálidas aguas del Caribe. ¡Y no una, sino dos veces!





Su interior denota la edad. 


Pero nada que unas buenas manos de lija y barniz no puedan remediar.

La cocina es necesariamente escueta pero suficiente. Además, tiene espacio para un frigorífico. Parece que ser que lo llevaba pero se retiro por su propietario anterior. 



El camarote de proa es muy amplio para esa eslora. El depósito de agua esta debajo de la cama así como dos grandes cofres de estiba. 



Un pequeño baño sin lavabo, a babor y un armario, a estribor lo separan del salón-cocina. 



No tiene mesa de cartas, no cabe. pero su cuadro eléctrico, aunque a tenor de la edad que tiene, pero es suficiente. 


El motor es un Nanni con base Kubota de 10 HP. Suena muy bien a pesar de los trazos de herrumbre que se ven en algunas abrazaderas. 



A pesar del escotero de la mayor situado en medio de la bañera, esta resulta amplia y confortable, equipada con un bimini para los soleados días mediterráneos del sur peninsular.



Podría seguir hablando de mi barco horas y horas pero creo que con lo expuesto hasta ahora hay bastante para que os hagáis una idea de como es. Ni que decir tiene que pienso ya en reformas y mejoras, pero, haciendo caso a aquellos que saben mucho más que yo, mi primer objetivo, una vez este definitivamente a mi nombre, es navegar con el. Conocerle y reconocerme a bordo hasta saber con certeza lo que me pide y lo que le pido. Solo entonces comenzaré a transformarle para hacerlo totalmente mío. 

Lo que no retrasaré ni un minuto será cambiarle el nombre:

Como todos imaginaréis pasará a llamarse....QUIMURA

Resistiendo, resistiendo....he acabado venciendo.
Gracias a todos los que me ayudasteis  a conseguirlo. 

3 comentarios:

  1. Angel, ya te expresé hace unos días, a traves del foro, la alegría que sentía por tí, porque por fin has conseguido ser Armador.
    Espero que disfrutéis y naveguéis mucho con él. Estoy seguro de que tarde o temprano nos encontraremos en algún mar o en algún puerto...

    Un abrazo,
    Javier

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  2. Gracias Javier. La idea es durante un par de meses navegar con el hasta saber exactamente que me pide y que le pido para después comenzar las modificaciones. Y luego a navegar.
    Creo que tu puerto base está en Santi Petri, ...no está tan lejos de Málaga....jejeje

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  3. Curiosamente creo que estoy en una situación similar a la tuya de hace dos años. Hoy he dado con tu blog, y después de leer parte de él (muy interesante y humano), hemos ido a Cambrils, comida y visita del puerto. Sorpresa mía cuando he visto otro Fellowship! Así que, ya sabes, Quimura tiene un primo en Cambrils! Te dejo una fot, por si es de tu interés (la borraré en un tiempo): https://drive.google.com/file/d/0B_JdSCxVAe9VVHdaN0JyaXRiVDQ/view?usp=sharing
    Suerte!

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