Entradas populares

domingo, 31 de mayo de 2015

Blog versus vida

Lo  siento. De verdad lo siento. 

Mi ultima entrada fue de principios de marzo  y desde entonces ni una palabra. Imagino a esas pocas personas que me siguen preguntándose si es que me he aburrido de compartir cosas con el mundo en general y ellos en particular o si de lo que he acabado harto es de mi barco. Ninguna de las dos cosas. Lo cierto es que en estos meses mucho ha cambiado mi vida pero nada de lo que me sucede afecta a mi pasión por navegar, a mis trabajos para poner al día el Quimura ni mucho menos al placer de compartir todo eso con todos vosotros. 

Pero como pienso que se hace imprescindible una explicación, aunque nadie me la haya demandado, me tomo la libertad de colgar estas líneas por si a alguien le sirven de aclaración. 

A nivel absolutamente personal he de comunicar que he pasado a engrosar esa cada vez mas abundante clase social que denominamos "jubilados". No cabe duda de que mi tiempo libre, de golpe, se ha centuplicado. Esta nueva situación ha venido precedida de trabajos burocráticos y laborales que me han mantenido bastante centrado en ellos hasta que el primero de abril se produjo el cambio de mi denominación: de activo a jubilado. Con todas la formalidades y papeleos bien cumplidos, he dedicado todo mi afán al barco sin olvidarme, eso si, de las otras facetas que deseo me ocupen, como puede ser el estudiar inglés, tocar el acordeón, atender a mis nietos, cuidar de la casa, practicar tai chi y, por encima de todo, estar con mi almiranta en lo que ella me pida. La distribución temporal es simple: las mañanas, desde muy temprano (siete y cuarto de la mañana) están dedicadas a los trabajos de rehabilitación del Quimura, bien a bordo bien en mi "taller", las tardes son para el conjunto del resto de mis aficiones y obsesiones, sin evitar el comprar material náutico si fuese necesario. Los sábados y domingos son para navegar.





Ante estas aclaraciones supongo que alguien puede preguntarse qué es lo que me impide el escribir. Respuesta simple. Dos cosas principalmente: una, la multitud de rehabilitaciones y su repetición y otra, el simple cansancio físico que me pide desconectar. Pero como yo mismo pienso que no es una buena actitud, he decidido, a modo de terapia, hacer un repaso, aunque sea somero, de los trabajos que he acometido y de las singladuras realizadas

He dejado rehabilitados los candeleros de popa.  He quitado e instalado de nuevo los dos lucernarios del armario y del water.


 He reparado toda la madera del camarote de proa y del tambucho fijando bien cada paño con tornillos y enmasillando cualquier desperfecto. He arreglado la puerta del water que cerraba y abría con mucha dificultad. He vuelto a conectar el extractor de aire mediante una nueva linea pero esta vez en  el cuadro de control con un interruptor y fusible. De esta labor estoy bien satisfecho porque la he realizado en solitario sin guía alguna. El problema consistía en que, como estaba alimentado directamente del arranque del motor, se encendía simplemente al girar la llave que arranca el motor pero mi amigo Pepón se dio cuenta de que la batería no cargaba correctamente. Así que osé atreverme a realizar esa modificación aunque solo pensaba en probar a ver que pasaba. El resultado ha sido positivo. Se ha quitado la bomba de achique antigua, que se estropeó y se ha puesto otra, mas moderna, y potente. Se ha limpiado la sentina todo le bien que se ha podido pero sin pintar, eso lo he dejado para la varada del próximo año.


 He retirado los quemadores de la cocina, antiguos para llamarlos hasta primitivos, los he limpiado y reajustado y he buscando unas juntas aislantes, las instalado de nuevo junto con los termopares correspondientes y vuelvo a tener cocina. He revisado todo el sistema de conducción de gas comprobando su estanqueidad y correcto funcionamiento. Estoy abriendo los accesos desde el interior a la base de los restantes candeleros. He retirado el ancla y la cadena del molinete de fondeo



Ademas de toda esta, a mi parecer, ingente cantidad de actividad laboral, sigo aprovechando los fines de semana para navegar. La bahía se ha convertido en mi zona de entrenamiento y aprendizaje del comportamiento del Quimura. Y eso que mi barco se parece mas a una zona de guerra o desastre natural que a un espacio confortable. Plancha de madera por los suelos, estanterías desmontadas, trozos de fibra de vidrio que flotan en el aire con el movimiento de las olas, paneles sin barnizar, los asientos sin cojines, suciedad que me gana en la partida de mantener el interior medianamente decente. Pero aun así, para mi, cada salida sigue siendo el argumento principal que me justifica cualquier esfuerzo que pueda llevar a cabo. Lo cierto es que al llegar a casa. bien sea tras la jornada laboral o después de horas de navegación, no encuentro la fuerza para sentarme a escribir y, lo confieso, prefiero tocar el acordeón, estudiar inglés o, simplemente, ver una película. Débil de carácter que es uno. Pro intentaré enmendarme y en futuras entradas voy a ver si amplío la información sobre algunas de las mejoras o reformas que el Quimura ha sufrido. Aun así debo reconocer que la vida real me parece mas interesante que la virtual. ¡Que le vamos a hacer! No soy nada moderno.

5 comentarios:

  1. Pues ya se te echaba de menos, Angel. Se te ve feliz, que envidia me das; dispones de tiempo para dedicarle a tu amigo. Déjanos saber algo de ti aunque sea muy de vez en cuando.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Una alegría ver tu comentario, Ana. Te aseguro que intento seguir comunicándome con vosotros, pese a mis reticencias con respecto al mundo virtual. Me mantiene las ganas de conocer en persona a aquellos amigos con los que he conectado a través de los ordenadores. Así que a ver cuando puedo decirte que nos vemos en el puerto o cala que me indiques, jejeje a ser posible en agua griegas.

      Eliminar
  2. Pues si Angel, la verdad es que a mi también me extrañaba tu momentánea desaparición del blog. Bien es verdad que a pesar de ser una forma sencilla de conocer gente y entrar en contacto con personas que de otra manera nos seria imposible, puediéramos acabar demasiado "enganchados" a estos aparatejos.
    En fin, enhorabuena por tu jubilación, espero que podamos coincidir en algún momento y en algún mar.

    Un abrazo,
    Javi (Miss Regina)

    ResponderEliminar
  3. Javi, se de tus recorridos por esas aguas mediterráneas y se desprende el disfrute que andas viviendo. Espero seguir tus pasos en cuanto acabe con mi puesta a punto del Quimura, aunque, me temo, que no va a ser en corto tiempo. Por lo menos intentaré seguir contando todo lo que me dedico a arreglar en el. Mucha suerte

    ResponderEliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar