Un paso mas: compartir barco

Es curioso como se cumplen los dogmas. Existe la creencia de que en el momento en que decides realmente acometer una empresa las oportunidades comienzan a presentarse casi sin buscarlas. Yo lo estoy experimentarlo en carne propia. Desde el mismo momento en que enuncié (y anuncié) en voz alta mi propósito irrenunciable de navegar, poco a poco y sin casi proponérmelo, se me han ido presentando formas variadas de cumplirlo. Es cierto que mi disposición ha sido radicalmente diferente a la que he mantenido durante todos los años que me he pasado hablando de ese sueño pero sin ir nunca mas allá de lo verbal. Fue cuando tomé decisiones que me acercaban a él cuando, de forma paralela, se me han ofrecido las posibilidades de hacerlo realidad. Primero fue conocer a Patxi y su velero Amore, en el que pude navegar desde Mahón a Alicante y que supuso mi verdadera iniciación y base de mi formación náutica. Luego el Club de Vela Adaptada con el que sigo navegando y aprendiendo y ahora, como un  paso de lo más natural esto: Un amigo que sabía de mi afición me llamó un día para ofrecerme en venta su barco. Desde el principio, aunque no sin verle antes, le dije que no era lo que estaba buscando pero él me propuso entonces venderme la mitad. El pecio era muy atractivo pero aun así...no era mi barco ,,, mucho menos compartido.
Sin embargo algo me empujó a hacer una contra oferta: estaba dispuesto a compartir los gastos de mantenimiento a cambio del uso del velero. Tras las pertinentes conversaciones hemos llegado a un acuerdo que, a cambio de una cantidad, para mi aceptable, y que incluye el amarre, un seguro todo riesgo y la varada anual, me permite navegar de forma habitual siendo yo mismo el patrón además de continuar aprendiendo todo lo relativo al mantenimiento de un barco.
El barco es un 28 pies construido por el astillero ingles Trapper. En concreto el modelo 500. Un velero del año 1977, solido y sorprendentemente habitable para su eslora.

El Armador la ha instalado una rueda de timón en vez de la caña. Debo reconocer que no me gusta demasiado la idea. A mi modesto entender ocupa demasiado espacio en la bañera y no es ágil en la respuesta pues requiere demasiadas vueltas de rueda para ganar grados de rumbo. Es mas, me imagino que sera difícil gestionar las olas con una mar un poco formada.

Por lo demás su cubierta es bastante limpia y despejada aunque la maniobra no esta reenviada a la bañera.

Dispone de enrollador de genova y...enrollador de mayor. Bueno, el sistema está pero no estoy seguro de que funcione por falta de mantenimiento. Por lo que ha descubierto mi amigo Patxi se trata de un prehistórico sistema de enrollado en la botavara. El pujamen se hace correr por un rail en la botavara y esta gira toda entera enrollando la vela a su alrededor mediante una manivela que se encuentra en la parte de  proa del mastil.

Todo esto me genera serias dudas pero es lo que hay, así que solo me queda asumirlo e intentar que funcione lo mejor posible o cambiarlo para instalar una clásica mayor con rizos. Por cierto si alguien lee esto ¿puede decirme si esta forma de enrollador necesita que se instale algún añadido en el mastil o puede funcionar con los tradicionales patines para la vela?

El interior, como ya dije, es bastante espacioso. Cocina a estribor de la escalerilla de bajada. Conejera con mesa de cartas retráctil y cuadro eléctrico a babor. Sofá en U y mesa abatible en la misma banda y sofá litera en la banda contraria. En la proa un mini baño, eléctrico, y un camarote. Dispone de bastante capacidad de estiba y un motor Yanmar de 18 HP nuevo.

El barco me gusta pese a que creo, dentro de mi supina ignorancia, que está bastante falto de cuidado y mantenimiento. Es más, me da la sensación de que su armador no ha pensado en el como un velero sino como un barco de pesca. Pero para mi es todo un lujo poder trabajar en él con idea de ponerlo a son de mar y hasta recuperar formas de rizar que han caído en desuso. Esa botavara....La vela mayor pide a gritos una honrosa jubilación, que no va a tardar mucho en llegar, aunque eso conlleve tomar decisiones que afecten a la maniobra: ¿mantenemos el sistema de enrollado en la botavara o ponemos el tradicional de rizos bien reenviados a la bañera?

No puedo por menos que sonreír cada vez que pienso en la mera posibilidad de poder navegar sin esperar que alguien me invite e ir probando y practicando todo lo que vaya aprendiendo navegando con otros o con todo aquello que la mar me vaya poniendo por delante. Y, lo que es más importante,  hacerlo tomando yo todas las decisiones. Como ya he comentado, al no confiar demasiado en mi capacidad, hemos contratado un seguro todo riesgo. Es cuestión de prevención aunque ya se que el seguro no suple al conocimiento,  la prudencia y sensatez. Pero la emoción de verme por primera vez patroneando un velero sin la tranquilidad que te da el llevar al lado a alguien experimentado es muy intensa. La responsabilidad me obliga a ir muy despacio y solicitar el concurso de amigos con muchas millas a la espalda antes de atreverme a salir solo, pero lo cierto es que ese paso está ya a la vuelta de la esquina

Creo poder decir que es una magnífica oportunidad para continuar aprendiendo y acercándome a mi objetivo. Gracias Juanfran. Gracias Eiren.