Cuando te encuentras elementos a reparar con tantos frentes conviene organizar un plan de ataque, así que establecí un orden secuencial: primero encolado luego el cosido y finalizando con la reposición de objetos.
Supongo que podéis apreciar en las fotos que la cola había dejado de funcionar en los refuerzos y zonas de velcro, así que lo primero que ataqué fue el lijado de las zonas que quería re encolar buscando la eliminación de restos de la cola vieja y facilitar la fijación de la nueva.
Con la zona lo mas limpia posible apliqué cola de contacto.
Tras esperar unos veinte minutos lo pegué sólidamente acabando con una decidida sesión de golpes con el mazo de goma tanto para eliminar burbujas de aire como para mejorar la unión.
Tras ese trabajo acometí la reparación de la rotura en la costura central. Para ello contaba con tela impermeable de dracón que me había regalado mi amiga Marta. Lo había cortado a un tamaño que cubría generosamente toda la rotura y la zona de tejido desgastado.
La idea era colocar un parche en cada lado de la funda, exterior e interior. En ambos casos seguí el mismo procedimiento que ya he relatado: lijado, encolado y pegado con sellado a golpes y rodillo.
El segundo paso, el cosido, tenía una dificultad añadida: imposible coser a maquina dado el grosor y dureza de la tela. Para resolverlo solo encontré una solución que, por otra parte, no tenía nada de innovador: coser a mano. Lo bueno es que, buscando por internet, me encontré con un aparatito que facilitaba bastante la tarea. Se trata de lo que en ingles se conoce como Speedy Stitcher.
Hay bastante información en el ciberespacio sobre sus aplicaciones y manejo así que no voy a detenerme en esos detalles. Primero me dediqué a reforzar todas las zonas que había encolado para luego recoser todo lo que el tiempo había destrozado.
Horas dedicado a esa labor han logrado dejar la funda con una apariencia mucho mas apropiada aunque, debo reconocerlo, nada parecido a algo nuevo pese al trabajo artesanal en el que la practica me ha convertido en aprendiz adelantado.
Para finalizar el plan solo me quedaba la reposición. Se trataba de volver a colocar las cintas con los clips que refuerzan el cerrado con velcro por la zona de proa del mástil. El conjunto inicial era de ocho tiras con el cierre de clip de los que faltaban seis totalmente y era preciso volver a recoser uno de los antiguos.
Este ha sido el resultado.
Seguro que alguien puede opinar que la idea de poner en negro las cintas y los clips no es buena. Y puede que tengan razón si no es porque me he limitado a seguir las técnicas de reconstrucción arqueológica. Cuando se presenta ante el público los restos de cualquier pieza histórica reconstruida se debe hacer de manera que se distinga perfectamente entre lo original y lo rehecho en época actual. En mi funda, objeto con tanta antigüedad que casi es histórico, se puede distinguir sin duda alguna entre lo que yo he reconstruido y lo que todavía se mantiene de origen.
Puede que para los demás no lo sea pero, para mi, Quimura es una pieza histórica. Y así intento tratarla.
Hola Angel. El Speedy Stitcher es uno de los inventos más fundamentales para llevar a bordo. Como veo que has estado informándote, igual sabes donde conseguir agujas más finitas. El problema del que compré yo, no sé si de todos, es que viene con una aguja muy gruesa y si tienes que reparar velas las daña mucho.
ResponderEliminarPor lo demás , te veo entretenido, eso esta bien. Al sol de invierno y al lado del mar esos trabajos son casi un placer.
Un abrazo
Hola Ana. En efecto la aguja que trae, tanto la recta como la curva, es muy gruesa pero ya he encontrado donde comprar otra más fina. También hiló más delgado. Amazon tiene varias opciones.
ResponderEliminarUn abrazo