Entradas populares

viernes, 26 de septiembre de 2014

Saneamiento de los asientos de teca

Antes de acometer trabajos de mayor envergadura tales como el saneamiento de la fibra de vidrio en la base de una par de Candeleros o la reparación de los portillos, ambos de entidad suficiente como para asustarme un poco, he acometido otro, de índole más estética que estructural: recuperar la madera de los asientos y el suelo de la bañera. Se trata de seis estructuras cuatro de ellas fijadas mediante bisagras en los asientos y que cubren las tapaderas de los cofres y otras dos apoyadas en el suelo cubriéndolo por completo. 
El clásico color ceniza de la teca envejecida al sol está cubierto por sucesivas capas de barnices, pinturas y suciedad acumuladas a lo largo de los años.



He comenzado por los asientos de mas a popa, algo mas pequeños. Los he desmontado de la bisagra pero sin desatornillar la parte que va fija a la cubierta. La idea es que si puedo recuperar también las bisagras, ese dinero que me ahorro ademas de no tener que andar tapando agujeros en la fibra de vidrio. 
Visto de cerca su estado es bastante lamentable. 




Los primeros intentos los hice pretendiendo no desarmar la estructura, pero con tan escasa fortuna y tanto trabajo inútil que opté por atacar el problema de raíz: quitar todos los tornillos, sanear tablón a tablón y volver a montar. Así que me puse manos a la obra.
Lo primero fue desmontar la parte de las bisagras que aun permanecían atornilladas. Pude comprobar hasta que punto se había desgastado la madera bien comido por el sol y el mar o con los sucesivos lijados. En la siguiente imagen se aprecia perfectamente El grosor de la superficie que ocupaba la bisagra por encima de la superficie del asiento. 


  Por otra parte tuve que limpiar todas las ranuras de los tornillos para poderlos quitar: estaban totalmente cegados de porquería y restos de pintura


Para evitar perder el orden, lo mantuve contra viento y marea incluso cuando estaba ya desmontado completamente



Soy de los que prefieren manejar yo la madera que fijarla a un banco y manejar la herramienta, así que me instalé una lijadora de banda en el pequeño banco de trabajo que tengo, made in China, pero que es tan útil como un jarrillo de lata, que decimos en Málaga. 


Sobre esta precaria instalación me puse a sacar a la luz el verdadero color de la madera de mis asientos. 


Era importante para mi (y para la madera) no quitar mas que lo imprescindible de forma que el trabajo era lento con la lijadora a bajas revoluciones y comprobando continuamente el estado del listón para que, en cuanto la capa de suciedad y pintura hubiese desaparecido, finalizar la tarea con la máquina. Luego, ya a mano y con la lija mas fina que tengo, una 000, terminé de pulir los últimos restos de madera muerta. 


Con todos los listones saneados (ahora se podía valorar adecuadamente el esfuerzo de haberlos mantenido bien ordenados desde el principio) comenzaba el trabajo de montaje. Como muchos de los tornillos viejos estaban desmochados o los agujeros de montaje habían quedado holgados, había comprado tornillos de acero inoxidable de cuatro centímetros y medio para sustituir la mitad por lo menos de los que se necesitaban en cada asiento. 


Y así es como queda una vez finalizado el montaje. Debo decir que la longitud de los nuevos tornillos era algo mayor que el grosor de lo atornillado por lo que tuve que limar cuidadosamente las puntas que sobresalían aunque nunca fue mas de un milímetro o milímetro y medio. 



Las bisagras también tuvieron su tratamiento. Aunque lo intenté primero con acetona y luego con la pulidora de alambre de la Dremel, nada de esto funcionó como yo esperaba.



Lo que si funcionó fue este aplique de la Dremel 



Con este resultado 


Creo que se nota perfectamente la diferencia entre los asientos saneados y los por arreglar. Aquí si que esa frase de sobran las palabras puede emplearse con total propiedad. 




Si en fotografía se nota, imaginaos en la realidad. No es solo el color sino el tacto y el propio aspecto de la madera. Aún queda el tratamiento de limpieza, abrillantado y manos de aceite, pero eso será para una próxima entrada. Por ahora seguiré limpiando los otros dos asientos y el suelo mientras sigo navegando y disfrutando de cada pequeño avance que logramos darle al Quimura. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario